En esta oportunidad, vamos a hablar del placer de COMER Y BEBER….ummmm!!!! Uno de los placeres favoritos de todo SER HUMANO, aparte de ser una necesidad para seguir viviendo.
El gran error de nuestra cultura está en la necesaria asociación entre placer y exceso en cuestiones relacionadas a los sentidos. Cuanta más estimulación de sensaciones reciben nuestros cinco sentidos, más y más novedad y acumulación de estímulos se necesita para producir placer. Y esto funciona tanto para los placeres visuales como auditivos o del gusto. Creer que, en cuestiones de salud, alimentación y placer van reñidos, es un gran error que puede llevarnos a importantes alteraciones en muchos campos de la salud.
Trabajar sobre la definición de lo que nuestro paladar considera gustoso es modificar una imposición cultural que muchas veces no nos beneficia. Así lo han entendido quienes, en situaciones críticas de salud, se han visto obligados repentinamente a aprender nuevamente a saborear y a encontrarle el gusto a otros alimentos. Los criterios acerca de lo que es sabroso cambian en las distintas culturas y regiones del mundo, lo cual demuestra que se trata es de una cuestión de hábito.
Modificar esos hábitos en nuestra alimentación, aprendiendo a elegir lo que es sano y a la vez placentero, puede prevenir muchas patologías como el colesterol, la ateroesclerosis, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, etc.
Comer sanamente no significa que tengamos que privarnos de todo lo que nos gusta: lo mejor es comer variado y saber qué comer, cuándo, en qué cantidades y cómo presentarlo. Para ello, es necesario tener información básica sobre las necesidades del organismo, y las combinaciones que admite una alimentación equilibrada.
También es necesario disponer el tiempo suficiente para organizar, cocinar y paladear la comida. El organismo humano está diseñado para conseguir su función óptima con un régimen bajo en grasas, regular en proteínas, muy bajo en azúcar y alto en fibra y otros carbohidratos.
Según los antropólogos, la dieta que alimentó a nuestros ancestros de muchas generaciones atrás tenía esas características. Al parecer, ellos se alimentaban mucho más sanamente, atendiendo a sus necesidades naturales y prestando atención a los mandatos del cuerpo. La dieta actual de las sociedades occidentales, sobre todo las urbanas, se compone de doble cantidad de grasas, una proporción mucho más alta de ácidos grasos saturados frente a los insaturados, un tercio de la ingesta diaria de fibra recomendada, mucho más azúcar y sodio, menos carbohidratos complejos y escasos micronutrientes.
En cuanto al placer de beber cada vez son más las evidencias que sugieren que el consumo moderado del alcohol confiere beneficios psicológicos, fisiológicos y sociales y en general mejora la calidad de vida de los individuos.
Aunque la existencia de efectos beneficiosos se reconoce en general, falta en la ecuación una descripción que diferencie los patrones de bebida beneficiosos de los perjudiciales. La forma de beber de la gente es una parte del amplio panorama de la actividad humana, que incluye la comida, la conversación y el tiempo que se comparte con la familia y los amigos relajándose y celebrando. Por tanto la función de placer relativa al alcohol debe también considerarse en el contexto de muchas otras variables de tipo individual, socioeconómico y cultural.
Es sano también aprender a celebrar y compartir, con bebidas sanas como los jugos de frutas, que bien preparados son exquisitos. Para mí, es un gran placer un buen vaso de agua, cuando tengo sed y calor y, no existe nada mas sano para el cuerpo, que el agua.
Así que… a comer y beber con conciencia, para que en realidad SEA UN GRAN PLACER, pues se multiplica en SALUD Y DISFRUTE DE LA VIDA.
Besitos!!!
Rosa De Vincentis
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